Esta semana quiero hablarte de un momento decisivo en la vida de cualquier deportista de endurance: los días después de un gran evento. Sea un Ultra Trail, un Ironman o una Maratón, llegas al pico… ¿y luego?
Claro, necesitas descansar. Pero atención: descansar no es desaparecer.
Muchos confunden recuperación con abandono. Y si dejas pasar demasiado tiempo antes de volver a entrenar, pierdes más de lo que te imaginas.
Esta semana pude asistir a una charla de Niro Sivanathan profesor de London Business School, psicólogo y experto en economía y negociación. Me dejó pensando en cómo somos los humanos, nos asusta más cuando perdemos cosas y algo que a mi personalmente me asusta es que mis atletas pierdan la forma porque se lo duro que es volver de una para tanto física como mentalmente.
La Teoría de Prospectos dice que los humanos somos más sensibles a las pérdidas que a las ganancias. No entrenar durante semanas no te duele tanto… hasta que te das cuenta de todo lo que perdiste: forma física, base aeróbica, hábitos, motivación, incluso comunidad.
Y lo peor: cuando decides volver, te frustras porque no estás ni cerca de donde estabas.
Niro, experto en toma de decisiones, dice que cuando justificamos una mala decisión con argumentos débiles (“me lo merezco”, “no tengo carrera a la vista”, ¨tengo muchos viajes¨), la decisión pierde fuerza incluso ante nosotros mismos. Nos autoconvencemos de algo que, en el fondo, sabemos que nos está perjudicando.
Te comparto algo que vemos todo el tiempo como entrenadores en BET:
Hay atletas que nos contratan solo 3 meses antes de una maratón y esperan que hagamos milagros. Pero no sabemos si respetaron su entrenamiento previo, si hicieron una pretemporada bien planificada, si tienen una base aeróbica sólida…
Aquí están los datos:
Atletas que entrenaron con nosotros 10 meses al año, de forma estructurada y monitoreada, mejoraron en promedio 11 minutos sus tiempos de maratón.
Los que solo entrenaron 3 meses antes, mejoraron 4 minutos.
La diferencia no está en el talento, está en la consistencia y en la consistencia.
Si dejas de entrenar un mes, y no tienes muchos años de experiencia y no has creado una buena base aeróbica, te puede tomar 2 meses o incluso más, recuperar el nivel.
Los más experimentados, que llevan años entrenando bien, pueden volver en semanas… pero eso se gana con tiempo, no con excusas.
Ahora hablemos de homeostasis: que es la capacidad del cuerpo (o de cualquier sistema vivo) de mantener un estado interno relativamente constante y equilibrado frente a cambios externos.
En términos simples: el cuerpo siempre busca estabilidad. Si hace calor, sudas para enfriarte; si hace frío, tiemblas para generar calor. Si entrenas todos los días, tu cuerpo se adapta a ese esfuerzo; pero si descansas demasiado, también se adapta… a la inactividad.
Y aquí viene el problema: si dejas de entrenar por muchas semanas, tu cuerpo se adapta al descanso, a la comodidad. Se vuelve fácil no madrugar, no entrenar, ver una serie, agarrar el teléfono y pasar media hora en Instagram.
El nuevo “equilibrio” se vuelve: no hacer nada.
Eso también es homeostasis… pero una que te aleja de tus metas.
En cambio, la verdadera homeostasis que buscamos como deportistas es esa en la que lo normal es levantarse a entrenar, sudar, esforzarse, progresar.
Esa es la rutina que queremos proteger. Esa es la identidad que queremos construir.
Entonces, ¿qué hacer?:
Descansar, disfrutar tu logro, bajar la carga, perfecto. Incluso retomar el entrenamiento con lo que más te gusta, salir con los amigos a rodar, correr en la montaña, salir sin ver el pulso ni el ritmo. Pero moverte, des-entrenarte controladamente para que cuando vuelvas a la estructura, vuelvas con ganas y enfocado en tu siguiente logro. Déjate guiar, habla con tu entrenador, con amigos experimentados y sobre todo analiza cuán listo estás para retomar, normalmente luego de un evento importante, una semana es un buen RESET pero dependerá mucho de tu experiencia. Así como hay atletas que ¨descansan demasiado¨ hay quienes no paran nunca y eso también puede afectar el rendimiento.
Recuerda esto:
No se trata solo de lo que ganaste en la carrera… sino de no perder lo que tanto te costó construir. La diferencia entre un aficionado y un atleta disciplinado está en lo que hace después del evento.