En el mundo del entrenamiento, especialmente en los deportes de endurance, pareciera que cada mes aparece una nueva “verdad absoluta”. Y como atletas, entrenadores o apasionados por el rendimiento, caemos fácilmente en esa espiral de modas que prometen mejorar nuestro desempeño, muchas veces sin cuestionar si realmente lo necesitamos.
La moda del momento puede ser entrenar en zona 2… o evitarla.
Después, todos hablan de la dieta cetogénica como solución mágica, el low carb - high fat, el atiborrarse de carbohidratos o el conteo de calorías.
Al poco tiempo, aparece el entrenamiento con calor como “secreto oculto” para mejorar, (lo hemos probado y funciona) pero no sin antes volver a lo básico.
Llantas más anchas, ayuno intermitente, suplementos de moda, súper shoes, cámaras hiperbáricas, baños de hielo, cuartos oscuros, luces infrarrojas… la lista es interminable.
¿Y lo básico? ¿Dónde quedó?
Nos dejamos llevar por las tendencias porque nos generan ilusión, porque están de moda, porque parecen ofrecer un atajo al resultado. Pero lo cierto es que en el endurance, no existen atajos. Todo funciona… pero nada sustituye el trabajo bien hecho.
No es lo nuevo lo que transforma. Es lo que haces cada día.
Antes de gastar en el próximo dispositivo, en el gel más exótico o en cambiar los zapatos (esto me cuesta escribir, ya saben como me gustan los zapatos… jaja), pregúntate con sinceridad:
¿Estás durmiendo lo suficiente para recuperarte?
¿Eres consistente en tu entrenamiento semana a semana, o solo entrenas cuando te sientes ¨motivado¨?
¿Estás comiendo para rendir, o solo para seguir una dieta de moda?
¿Tienes una rutina de movilidad y fuerza que prevenga lesiones?
¿Revisas regularmente tu planificación y ajustas en función de tu carga real, tu agenda y tu vida? (o lo discutes al menos con tu entrenador)
¿Planificas bien tus competencias? ¿O simplemente te inscribes en todo lo que aparece en redes y luego estás estresado de cómo terminarás?
Si no estás haciendo esto bien, lo demás es solo ruido.
La magia está en lo simple
Los mejores resultados que he visto como entrenador no vienen de atletas que siguen todas las modas. Vienen de personas disciplinadas, comprometidas, que respetan los procesos, que entrenan aun cuando no hay motivación, que duermen bien, comen bien, que planifican con intención y se dejan ayudar.
Puedes entrenar con o sin potenciómetro, con o sin super shoes.
Puedes usar geles caros o comer plátanos.
Puedes ir al gimnasio de última generación o usar tu peso corporal.
Nada de eso importa si no hay coherencia.
Vuelve a lo esencial. Apuesta por lo que realmente hace la diferencia:
- Duerme 7 a 9 horas por noche (pero sueño de calidad, no solo horas, ya hemos hablado de eso).
- Entrena con consistencia.
- Planifica tus carreras con inteligencia.
- Revisa tu plan de la semana con anticipación.
- Trabaja en tu movilidad, aunque no sea lo que más te gusta.
- No busques excusas para no entrenar.
- Come para entrenar, no para castigarte y disfruta cada tanto de una ¨comida que te genere placer así no sea tan nutritiva¨.
- Confía en el proceso.
- Y sobre todo… ten paciencia.
Conclusión
El endurance es una metáfora perfecta de la vida: no se trata de lo que haces de vez en cuando, sino de lo que haces cada día. Las modas pasarán. Pero los fundamentos siempre funcionarán.
Invierte tu energía donde realmente suma, de ahí empieza en invertir tu dinero.
Menos moda. Más método.
Con mucho cariño.
Papón
#metodobet (no podía de dejar de mandarme la cuña jaja)
Excelente !!