Vivimos en un mundo que, por décadas, ha sostenido la creencia de que pasados los 40 años todo va cuesta abajo: menos energía, menos rendimiento, más lesiones y menos capacidad de mejora.
Este fin de semana me hizo pensar en que como entrenadores, entre nuestros BETs cada vez vemos más récords romperse, no solo entre atletas de más de 40, sino que incluso de 50, 60 o más. Con hechos como éstos esta narrativa de que con los años no se puede mejorar, está siendo desafiada, por atletas reales, con historias reales. Hoy, dos de nuestros pupilos hicieron historia para Ecuador en el Andorra Epic, una de las carreras de MTB por etapas más exigentes de Europa. Esta pareja se ubicó segunda en la categoría máster, un hito jamás alcanzado antes por ciclistas ecuatorianos en este tipo de eventos. Este logro no es casualidad: es el resultado de años de trabajo disciplinado, enfoque, y sobre todo, de una mentalidad que no acepta los límites que la sociedad impone con la edad.
Y este fenómeno no es exclusivo de nuestros atletas. A nivel mundial, lo estamos viendo en la élite del deporte:
Patrick Lange, campeón del Ironman de Kona, se convirtió en el ganador más longevo con tiempo récord el año pasado, luego de haber ganado la última vez en el 2018. Nadie lo ponía como favorito y sorprendió a todos.
Matt Hanson, hoy, día en el que escribo este vlog, en Challenge Roth (triatlón distancia Ironman en Alemania), corrió los 42 kilómetros del maratón en un impresionante 2h28... ¡a sus 40 años!
En atletismo, Kenenisa Bekele corrió el Maratón de Berlín en 2h01:41 a los 37 años, y sigue compitiendo en la élite más allá de los 40, posee el récord máster de maratón con 2h04 minutos.
En trail running, leyendas como Kilian Jornet y Courtney Dauwalter siguen mostrando un dominio asombroso a medida que pasan los año. Kilian hace apenas días bajó más de 80 minutos su tiempo del 2011 en la Western States 100.
En ciclismo de ruta, Alejandro Valverde, uno de los íconos del Movistar Team, se mantuvo competitivo hasta más allá de los 41 años. Con triunfos en las carreras más reconocidas en el mundo.
Lo que estos casos nos enseñan es claro: la edad no es una barrera cuando el entrenamiento es inteligente, la mentalidad es resiliente y el cuerpo es cuidado de forma integral.
La clave después de los 40 no está en entrenar más, sino en entrenar mejor:
Eficiencia sobre volumen: El tiempo es un recurso escaso para la mayoría de nosotros. Con entrenamientos enfocados y bien estructurados, los resultados siguen llegando. Entre atletas consistentes y con experiencia en muchos casos el volumen pasa a segundo plano.
Equipamiento inteligente: escoger bien llantas, zapatos para entrenar y competir, gadgets... etc, marca la diferencia. Cada detalle suma cuando buscamos eficiencia, prevención de lesiones o ganancias marginales.
Descanso sagrado: Dormir, tomar días de recuperación, respetar las señales del cuerpo (cosa que se aprende con la experiencia). La capacidad de mejorar está directamente relacionada con la capacidad de recuperarse.
Nutrición estratégica: Una alimentación adecuada no solo potencia el rendimiento, sino que acelera la recuperación y protege la salud a largo plazo.
En BET vemos todos los días a personas que no solo mejoran, sino que rompen sus propios récords después de los 40, 50 y más. No nos sorprende: son atletas que han invertido tiempo, llevan años entrenando con nosotros, han sido pacientes, y que entienden que los grandes resultados no llegan de la noche a la mañana. Son personas que han logrado un balance entre sus responsabilidades familiares, profesionales y deportivas. Son inspiración para sus hijos y familiares, mostrando que la disciplina, la resiliencia y el enfoque son las mejores enseñanzas que pueden entregarles.
Para quienes creen que es imposible alcanzar este nivel de forma con un trabajo, una familia y mil obligaciones, les lanzamos este reto: revise lo que realmente está sacrificando. Muchas veces son cosas que no suman: televisión, redes sociales, horas de inercia, y sí, también alguna fiesta, unas copas y ciertas distracciones, la clave está en saber que no será siempre, será cerca de los verdaderos retos y serán ciertos sacrificios nada más. Y siempre la recompensa será más grande.
La pregunta no es si se puede mejorar después de los 40. La verdadera pregunta es: ¿qué estás dispuesto a cambiar para lograrlo?
Ponte a pensar, el momento puede ser ahora, es cuestión de decidirte. Y para cerrar, hace poco escuché en un podcast en el que decían: no te engañes, no te mientas, no digas ¨voy a empezar el lunes¨ si es que en realidad no estás dispuesto a hacerlo porque terminarás desconfiando de la persona más importante, de ti.